Home / Area / DOCTRINA EN DOS PÁGINAS Diario DPI Suplemento Salud Nro 20 – 30.11.2015


DOCTRINA EN DOS PÁGINAS

Recordando la obra de Ramón Carrillo

Por Ana Inés Diaz

El doctor Ramón Carrillo (Santiago del Estero 1906 – Belem do Pará 1956), neurocirujano, neurobiólogo y médico sanitarista, primer ministro de salud argentino, es el gran referente de la Salud Pública en nuestro país.

Siguiendo su disertación realizada en la Liga por los Derechos del Trabajador (1948), en referencia a la política sanitaria argentina, él afirmaba que la política en general “… es el arte o la ciencia de gobernar… [que] requieren previamente una organización de ideas y de principios que pueden constituir o no un sistema, pero que tienen un fin práctico inmediato: el manejo racional de la cosa pública en servicio del bienestar general…”.

Así, el doctor Carrillo puso todos sus conocimientos y sus ideas en los cargos públicos que ocupó en beneficio del bien común de la población argentina, en especial de su salud. Su pensamiento y su obra se pueden traducir en los siguientes rasgos distintivos: aumento del número de camas en proporción a la población; construcción de una red hospitalaria, con coordinación entre servicios; regulación de la atención de la salud por parte del Estado; otorgar accesibilidad al enfermo “no pudiente”; creación de centros de salud y establecimientos para crónicos; regionalización sanitaria; formación de recursos humanos; conocimiento de la problemática social de la población.

Carrillo mismo definió su política sanitaria como “una asistencia individual y familiar eficiente, continua y completa, con gratuidad para la población que la necesite, con libre elección del médico por el paciente, en la que los profesionales actúen para la comunidad ofreciendo sus servicios mancomunados, según la demanda de prestaciones y buscando el equilibrio entre las necesidades médicas de la población”.

Los tres principios de su Política Sanitaria (1949) giraban en torno a: 1. Todos los hombres tienen igual derecho a la vida y a la sanidad; 2. No puede haber política sanitaria sin política social; 3. De nada sirven las conquistas de la técnica médica si ésta no puede llegar al pueblo por medio de dispositivos adecuados.

Más tarde, en el marco de la publicación del Proyecto de Código Sanitario y de Asistencia Social (1951) presentaba los siguientes principios: definía la competencia jurisdiccional del organismo nacional; promovía la asistencia de todos los habitantes de la nación así como la unificación de la asistencia médica y social y, la gratuidad del servicio para todos aquellos que la necesitaren.

Su Plan Sintético de Salud Pública 1952-1958 se dividía en áreas de la medicina que Carrillo organizó en tres “cosmos” (entendiendo a este como un conjunto de cosas que existen en forma ordenada): medicina asistencial o curativa (microcosmos), medicina sanitaria o profiláctica (mesocosmos) y medicina social o preventiva (macrocosmos). Asimismo incluía capítulos sobre construcciones (referidas a los hospitales), financiación de los servicios de salud pública, administración, abastecimientos, personal, demología y política sanitaria, cultura y educación sanitaria, investigación científica, industrias sanitarias y farmacias, legislación y derecho sanitario, regionalización y, cálculo del tiempo y coste del plan. Nada parece hacer quedado afuera de este Plan que, sin lugar a dudas, fue analítico en un comienzo del contexto sanitario argentino para luego, sobre la base de lo explorado, delinear las acciones futuras que serian llevadas a cabo en coordinación con las provincias.

El contraste con los intentos posteriores de descentralización del rol sanitario del Estado, muestra claramente que la característica principal de la obra de Ramón Carrillo fue la regulación de la atención de la salud por parte del Estado, en consonancia con los postulados internacionales de responsabilidad de los gobiernos.

Su obra transcurre durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón (1946-1955), con toda la impronta del pensamiento peronista de la época. Durante su gobierno fue designado primer ministro de salud, ejerciendo en el período 1946-1954 (antes, como Secretario de Salud Pública).

De esta manera, se explica que la influencia de Carrillo se vea reflejada en la reforma constitucional que tuvo lugar en el año 1949 -la más amplia desde la vigencia de la Constitución de 1853, aunque luego fuera derogada-, en la cual se incluye el “derecho a la preservación de la salud” en el capítulo referido a derechos del trabajador, de la familia, de la ancianidad y de la educación y la cultura y, en el relativo a las atribuciones del Congreso, entre otros derechos conexos a este, que conforman en definitiva los determinante sociales de la salud (alimentación, vivienda, trabajo, etc.).

Una de sus frases más célebres que resume un poco su pensamiento y su énfasis en la medicina social, que me pareció brillante cuando la leí por primera vez hace un tiempo, es la siguiente: “Frente a las enfermedades que genera la miseria, frente a la tristeza, la angustia y el infortunio social de los pueblos, los microbios, como causas de enfermedad, son unas pobres causas.”

Planteaba, asimismo, la “necesidad de que junto a la historia clínica del enfermo, se levante la historia social del hombre”.

Descargar Artículo