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España: lo condenan por espiar los correos de su ex pareja para obtener ventaja en el juicio de divorcio

El hombre había accedido de forma ilegal a la cuenta de correo electrónico de su ex pareja y leído con detenimiento los correos que intercambió con su letrada, en los que ambas “detallaban la estrategia a seguir en el juicio“. Dicha sentencia lo condenó a dos años y medio de cárcel, por un delito de descubrimiento de secretos.

La vista de divorcio estaba fijada para el 25 de noviembre del 2009. Durante los meses previos, Andrés regresó a vivir a casa de su madre y su hermana, en Badalona.

El hombre aprovechó la conexión a internet de esa vivienda para espiar el correo de su ex pareja durante una semana. “Sin que conste cómo obtuvo las claves” –afirma la sentencia– accedió a la cuenta de Yahoo de su ex pareja y, una vez dentro, modificó las contraseñas.

Como ha demostrado un informe pericial, Andrés leyó los correos sobre el proceso de divorcio, pero aprovechó también para echar una ojeada a otros 26 mensajes privados entre la mujer y su nueva pareja; algunos de ellos, de “contenido sexual”,  comentó la ex pareja en su declaración.

Ella notó que alguien había accedido a su correo porque su contraseña de siempre ya no funcionaba. Se lo contó a su nueva pareja, quien tiene conocimientos en informática. Éste le ayudó no solo a acceder de nuevo a su cuenta, sino también a apreciar que algunos correos de su Bandeja de Entrada constaban como leídos. Ella lo acusó debido a que el mismo quería “hacerle daño” y “enterarse de los pormenores del divorcio“. En esa ruptura, agregó, “se vio perfectamente” que Andrés “estaba al tanto de todo y conocía detalles” que solo había hablado con su abogada.

¿Y qué replicó el hombre que pidió ser absuelto del delito? Que “no recuerda casi nada” y que “padece una enfermedad mental” de la que no ha aportado ninguna prueba, según recoge la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal Número 25 de Barcelona. Tampoco sabe dónde vivía entonces. Por otro lado, admitió que en casa de su madre había conexión a internet y que, como ella “no sabe utilizar estas cosas“, la persona que pudo haber accedido a la red era… su sobrina. La jueza reprocha al acusado que la cite en el juicio por primera vez. Su declaración, concluye la resolución, “resulta del todo menos concluyente y veraz“.

La hermana de Andrés también declaró y vino a echar más leña al fuego: negó que su sobrina hubiera enviado correos a su tía política –una hipótesis que la sentencia rechaza de plano, ya que la niña era menor y no tenía ningún interés en el tema–. La hermana afirmó, también, que no se llevaba bien con Andrés, que el divorcio era “conflictivo” y que la relación entre las partes era “complicada y mala”.

La víctima del espionaje fue más allá y aseguró que Andrés llegó a extorsionarla con el contenido de los correos sexuales, porque estaba dispuesto a enseñárselos al hijo de ambos “cuando fuera mayor“. Explicó, además, que le envió una carta donde se podía entrever que les haría daño. La mujer aseguró que estaba embarazada cuando ocurrieron los hechos y que el suceso la alteró y la obligó a  solicitar la baja médica.

Además de ir a la cárcel  –con la agravante de parentesco– la sentencia le ha impuesto el pago de una multa de 3.600 euros.

Fuente: Diario El País, en www.elpais.com