Este miércoles, una postulante a jueza, Marcela Susana Von Fischer, presentó un recurso de amparo –ante la Sala IV del Tribunal de Juicio– planteando la violación de la convocatoria hecha por el gobernador y la nulidad del examen escrito. Esto último debido a que otros dos postulantes conocían con anticipación el fallo con el cual serían evaluados.
Los concursos para cubrir los cargos de los magistrados de la Cámara Civil y Comercial de Salta fueron convocados por el Consejo de la Magistratura el 16 de septiembre del año pasado, teniendo el cierre para las inscripciones el 11 de octubre.
Los cargos en cuestión son, justamente, los cinco de mayor importancia en el Poder Judicial, luego de los correspondientes a la Corte de Justicia. En otras palabras, se trata de cargos clave –con los cuales las Cámaras pasarán a estar conformados por tres, en vez de dos personas– y nuevamente aparecen sospechas de acomodos y concursos amañados, lo cual es una problemática que ha sido planteada hace años en Salta.
El proceso se desarrolló del siguiente modo:
El Gobernador de la Provincia convocó a cinco concursos diferentes para cubrir los cargos –con un cronograma diferente para cada uno, en modo sucesivo–; a los cuales se inscribieron 36 aspirantes. Los concursos comenzaron con gran confianza y transparencia: dos jueces jueces de Corte –Guillermo Catalano y Abel Cornejo– se excusaron, y la presidencia del concurso fue asumida por Claudio Godoy. Luego de que los concursantes consintieran los cinco cronogramas diferenciados, el Consejo de la Magistratura unificó la evaluación escrita. Poco después, en febrero, el Consejo decidió eliminar las cinco entrevistas a los postulantes y evaluar con solo una –esto implica, por otro lado, que las posibilidades de rendir quedan limitadas de cinco a una única presentación–. En todo esto, los cronogramas fueron modificados numerosas veces –más de cuatro– y las entrevistas orales fueron pospuestas seis veces. Por último, como si no fueran suficientes irregularidades, en vez de sortearse tres temas para la evaluación escrita –como debe ocurrir reglamentariamente–, se sortearon ocho. De estos, salió un fallo largo y confuso de la Sala III de la Cámara Civil, donde trabajan dos funcionarias sobre quienes ya existían sospechas.
Pese a todas estas irregularidades, solo una de las 36 personas postulantes efectuó una queja formal: Marcela Susana Von Fischer,
Este recurso de amparo es, sin dudas, una invitación a los demás letrados para no quedarse de brazos cruzados, observando cómo se actúa en detrimento de la Justicia.