El 11 de marzo ha sido instituido como el “Día Nacional de la Lucha contra la Violencia de Género en los Medios de Comunicación”, a través de la Ley 27.176, con el objetivo de “promover la protección y salvaguarda de la igualdad entre mujeres y hombres y el tratamiento plural, igualitario y no estereotipado, evitando toda discriminación por género u orientación sexual”.
Esta norma ha implicado un paso más en el avance contra la violencia de género, y ha contado con gran apoyo. Su iniciativa fue presentada por la senadora Sigrid Kunath, recibió la adherencia de organismos como el Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, y fue sancionada el día 26 de agosto del 2015 con 191 votos a favor –contando con solo un voto en contra, bajo el argumento de que “usurpa las fechas fijadas por las organizaciones”–.
La fecha elegida, el 11 de marzo, corresponde al día de la sanción de una ley que representa un paso enorme contra este tipo de violencia: la Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales (la Ley 26.485). Esta norma, a su vez, es fundamento del día conmemorado, ya que define dos tipos de violencia que aún pueden verse en la sociedad y se encuentran ampliamente en los medios de comunicación. Por un lado, define a la violencia simbólica como aquella ejercida ”a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos (…) naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad”, y, por otro, a la violencia mediática, como la “publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados (…) reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres”.
La Ley 27.176, además de instituir el día en cuestión, establece que “en el mes de marzo de cada año, el Poder Ejecutivo nacional (…) desarrollará actividades de capacitación, difusión, prevención y concientización que promuevan la reflexión crítica sobre la violencia de género en los medios de comunicación“. De este modo, la norma queda enmarcada –e implica un avance– en la batalla cultural contra la violencia de género. Una batalla que aún continúa.