Una mujer fue asesinada ayer de 17 puñaladas delante de sus tres hijos en su casa de Castelar. Como autor del femicidio fue detenido el padre de uno de los chicos, a quien la víctima había denunciado porque la acosaba y la amenazaba para que retomaran la relación. Sobre el sospechoso pesaba una orden de restricción de acercamiento dictada por la Justicia, prohibición que, una vez más, no bastó para evitar una nueva muerte.
Cintia Laudonio, de 24 años, había denunciado por violencia de género a Cristian Halliú, de 37, padre de uno de los niños que presenciaron el ataque, que ayer fue detenido en Mar de Ajó, en la casa de su abuelo.
El crimen ocurrió a las 4.20 en una casa situada en Curuchet al 1600, donde la mujer se encontraba con sus tres hijos, dos mujeres y un varón, todos menores. Según informaron fuentes judiciales, las niñas son fruto de una primera pareja de Laudonio y el chico es hijo de Halliú.
Según pudieron reconstruir los investigadores, el homicida llegó al lugar en un auto, saltó las rejas de hierro del frente de la casa y violentó una ventana para poder entrar.
El agresor sorprendió a Laudonio en la habitación en la que descansaba y la apuñaló varias veces, tras lo cual escapó del lugar. La mujer alcanzó a llegar hasta el baño, donde cayó desvanecida.
Ante esa situación, la hija mayor de la víctima llamó a sus abuelos. “Mi nieta llamó al abuelo y dijo: «Cristian le está pegando a mamá, está toda ensangrentada y me parece que está muerta»”, según contó a la prensa Graciela, abuela de las dos niñas.
Esta mujer y un cuñado de Laudonio, de nombre Antonio, fueron los primeros en llegar a la escena del crimen. Allí se encontraron con los tres hijos de la víctima en la puerta de la casa.
“Los nenes estaban parados detrás de la reja, no hablaban. La nenita más grande tenía manchas de sangre, fue la que le avisó al abuelo. Entonces fui para el fondo [hacia el interior de la vivienda] y vi el cuerpo tirado en el suelo, de costado. Le levanté la cabeza y vi que tenía el cuello cortado. Estaba agonizando, me miró, no sé si habló y ahí se dio vuelta y murió”, recordó Antonio.
En ese sentido, Graciela precisó que los médicos que revisaron luego el cuerpo de Laudonio determinaron que la mujer presentaba 17 puñaladas y que la primera de ellas “le cortó la aorta”. Los peritos secuestraron un cuchillo que estaba junto al cadáver; creen que se trata del arma homicida.
“Otro caso más… Lamentablemente nos tocó a nosotros. Nunca pensamos que iba a pasar una cosa así”, dijo Rodolfo, padre de Laudonio. Explicó que la mujer y el sospechoso estuvieron “muy poco tiempo” en pareja, luego de haber tenido a su hijo. “Él estaba obsesionado, quería seguir con ella y mi hija no quería saber nada. Cintia hizo todas las denuncias que se podían hacer en la Comisaría de la Mujer, en los tribunales…”, agregó el hombre, que dijo que la última denuncia fue realizada el 22 de febrero pasado.
Según Rodolfo, en esa oportunidad, el acusado “la amenazó con que la iba a matar, que si no estaba con él no iba a estar con nadie”.
Fuentes judiciales confirmaron a la agencia de noticias Télam que Laudonio había efectuado tres denuncias penales y que un juzgado de paz había ordenado una restricción perimetral para que el sospechoso no se le acercara. “Una vez estuvo seis o siete horas debajo de la cama esperando a Cintia. Ella fue a buscar una zapatillas del nene y lo vio, y entonces salió corriendo a los gritos. Él se escapó, pero el muy torpe dejó las llaves del auto y con eso fueron a hacer la denuncia a la policía”, relató Graciela.
A partir de los datos aportados por los familiares de la víctima, el juez de Garantías de Morón Alfredo Meade, por pedido de la fiscal de la causa, Valeria Courtade, ordenó la detención de Halliú.
El sospechoso fue arrestado en la localidad balnearia de Mar de Ajó, en la casa de su abuelo, precisaron los voceros.
Las fuentes judiciales explicaron que el detenido será trasladado a Morón, donde será indagado por la fiscal Courtade, que le imputó el delito de “homicidio calificado por violencia de género”.