Home / Area / DOCTRINA EN DOS PÁGINAS Suplemento DPI Derecho Civil, Bioética y Derechos Humanos Nro 6 – 01.03.2016


DOCTRINA EN DOS PÁGINAS

Decidir ser madre sin pareja: ¿un caso “mediático” o una realidad de muchas?

Por Natalia de la Torre

 

  1. Palabras introductorias

                Las técnicas de reproducción humana asistida (en adelante, TRHA) nacidas[1] como alternativa médico terapéutica frente a la infertilidad de parejas heterosexuales que no podían acceder a la maternidad/paternidad por las vías “naturales” o “tradicionales”, alcanzan hoy usos impensados en su genealogía, producto no sólo de los avances científicos-tecnológicos sino, también, de los cambios sociales y culturales en torno a los modos de entender y configurar familias y proyectos parentales[2].

                Las recientes declaraciones de Juana Repetto acerca de su decisión de ser madre sin pareja a través del uso de las técnicas de reproducción humana asistida (más precisamente, acudiendo a una técnica de baja complejidad como la inseminación intrauterina, intracervical o intravaginal con gametos de un donante anónimo, art. 8 Ley 26.862 y art. 2 Dec. Reg. 956/2013) lejos de revelar un caso particular, anecdótico o excéntrico, reflejan uno de los “nuevos” modos de acceder al derecho humano de formar una familia que es realidad de muchas mujeres: la familia monoparental originaria por el uso de las TRHA.

                Por su oportunidad, mérito y conveniencia –dado el interés que ha despertado la noticia-, nos interesa compartir en estas líneas, de manera harto sintética, parte del trabajo de investigación interdisciplinar que venimos realizando desde el Proyecto UBACyT 2013-2016 titulado, “Hacia una Ley Especial de técnicas de Reproducción Humana Asistida. Bioética, Derechos Humanos y Familia”, bajo la dirección de la Dra. Herrera[3].

  1. Investigación socio jurídica en el campo del derecho de familia

                ¿Cuál es hoy el objetivo principal de nuestra investigación? Describir y comprender las motivaciones y experiencias de los usuarios de TRHA que hayan requerido como parte de su tratamiento de la donación de material genético, como así también de aquellos que acudieron a la gestación por sustitución como forma de acceso a la maternidad/paternidad.

                Para poder acercarnos a esta meta, hemos trabajado con el relevamiento de fuentes primarias de información (entrevistas en profundidad) que nos permitieron conocer la mirada y las experiencias de un grupo particular de usuarios de TRHA: aquellos que requieren de la utilización de material genético donado, ya sea por razones de infertilidad estructural (mujeres sin pareja y parejas del mismo sexo) o bien por problemas médicos vinculados a la procreación (parejas heterosexuales). También, abordamos la experiencia de la gestación por sustitución, si bien se trata de una práctica que ha quedado fuera de la legislación Civil y Comercial en Argentina, no deja de ser una modalidad puesta en práctica por algunas familias para acercarse a la maternidad/paternidad, como lo revelan la cantidad de sentencias a favor del reconocimiento de esta figura en los últimos años[4].

                En este marco, hemos entrevistado a cuarenta personas[5]. De las cuales, 21 son personas que accedieron a la maternidad/paternidad con su pareja de diverso sexo a través de la donación de gametos de un tercero (óvulo o espermatozoides e incluso un caso de donación de embriones); 4 personas que fueron madres con sus parejas del mismo sexo con donación de gametos masculinos; 5 que acudieron a la figura de la gestación por sustitución y 10 casos de mujeres sin pareja que lograron ser madres por ovo y/o esperma donación.

                Concentrándonos en este último grupo -en el “tapete” de la opinión pública y los medios masivos de comunicación que muchas veces desinforman más que informar- quisiéramos compartir con el lector/a algunos datos –provisorios- y algunas experiencias de estas mujeres que decidieron tener un hijo sin pareja.

                De este modo, pretendemos con estas líneas coadyuvar a abandonar una doxa cargada de prejuicios, abundante en temas de familia, y construir una episteme socio jurídica que incluya y refleje un derecho de familia en plural.

                ¿Cuáles han sido las dimensiones utilizadas en los instrumentos de relevamiento de campo? Seis, a saber: a) introducción y datos generales de los entrevistados; b) el tratamiento, c) la donación o gestación por un tercero, d) los embriones crio preservados, e) la mirada de los otros y f) la relación con los hijos.  Veamos a continuación, cuatro de los tópicos abordados en las entrevistas, pudiendo, en una entrega posterior, ahondar en otras dimensiones más relacionadas con los hijos y que, por una cuestión de espacio, no podemos aquí abordar.

  • ¿Quiénes deciden ser madres sin parejas?

             De la muestra de mujeres entrevistadas surge que, si bien el imaginario social asocia este modelo familiar únicamente con la mujer “entrada en años, profesional y sola”, la realidad trasvasa los contornos estereotipados. Aunque la edad avanzada –en términos procreativos-, de cuarenta años en adelante, se de en la mayoría de los casos (90%), el rango etario de la muestra va desde los treinta hasta los cuarenta y cinco años[6], incluso, el caso mediático que sirvió como punta pie de estas líneas se encuentra por debajo de los treinta años. Con respecto a los estudios alcanzados, sólo el 50% de las entrevistadas refirió haber culminado una carrera universitaria. Por otra parte, todas las mujeres consultadas han reseñado emprender los proyectos parentales acompañadas por familiares y personas allegadas. Algunas formaron pareja después de nacidos sus hijos, otras venían de atravesar largas relaciones de pareja que quedaron truncas antes de iniciar este recorrido a la maternidad; en un caso, incluso, habiendo conformado en el pasado una familia ensamblada con su ex conviviente y el hijo de este.

             Fotografías que evidencian no sólo diversas trayectorias personales sino también familiares. En otras palabras, nos muestran lo poco realista que es seguir pensando en modelos familiares arquetípicos a los que una misma persona se ciñe o “ata” de por vida cuando en la realidad, muchos de nosotros, pasamos por diversas formas de familia a lo largo de nuestra existencia.

  • ¿Por qué no adoptar?

             Dentro de la dimensión, “Tratamiento” una de las preguntas que se le hizo a las entrevistadas fue la referida a su opinión respecto a la adopción. Es decir, si habían tenido en cuenta la posibilidad de acceder a la maternidad por esa vía. En apretada síntesis, dos fueron los argumentos más reiterados, ambos contrarios a este tipo de acceso a la maternidad, a saber: a) querer atravesar el embarazo como parte de la experiencia de ser madre, b) las “dificultades” legales y los caminos “engorrosos” de la adopción asociados, principalmente, al hecho de ser mujeres sin pareja.

             En este sentido, una de las entrevistadas refería: “… estoy súper a favor de la adopción, pero yo quería pasar por un embarazo justamente. Ya que la genética no iba a ser mío, por lo menos intentar un embarazo. Si no obviamente iba a adoptar pero conociendo acá las leyes del país…Tengo amigos que adoptaron y le fue bastante mal…Yo sabía lo que era eso, entonces dije eso es lo último que voy a intentar”. Otra de las entrevistadas relataba, “Si había pensado en la adopción pero sabía que ser mujer sola no es que me puse a averiguar pero lo que sabía era que estando sola era bastante difícil que me la dieran. Es como que necesitan más la estructura de padre-madre para la adopción”. Otra,sostenía, “No, porque con 29 años me veía joven como plantearme un adopción y sabía que era más difícil que un tratamiento de fertilidad. Sabía que te pedían más cosas y terminan pasando años que son una pérdida de tiempo. Así que directamente ya estaba segura que quería inseminarme”.

  • La atención en los Centros Médicos

                Por su parte, ante la pregunta por cómo las recibieron en los Centros Médicos de Fertilidad (incluida dentro de la dimensión “la donación”), es decir, si hubo algún resquemor de parte de los médicos ante el planteo de querer tener un hijo sin pareja, ocho de las diez entrevistadas relataron muy buenas experiencias en torno a la atención recibida. En esta dirección, como muestra, una de ellas manifestó: “cuando fui, me presenté con la doctora, le dije que quería ser mamá sin pareja, con semen de donante y ella me sonrió y me dijo: ´qué linda decisión. Es la decisión más importante, la de ser mamá. Te felicito´. No me hizo caras de ningún tipo, ni ningún comentario fuera de lugar”. 

                En sentido contrario, dos de las entrevistadas reflejaron la existencia/persistencia de ciertos prejuicios por parte de los médicos a la hora de abordar un proyecto familiar monoparental originario: “en todos los centros me recibieron mal porque en esa época no se hacía tratamientos solteras en ningún lugar de Córdoba salvo en uno, que fue el último lugar que fui, con lo cual hice todo un peregrinar de todas las clínicas de fertilidad, para que todos me dijeran no te puedo ayudar…bueno, la cuestión es que fui a todos lados, todos me decían que no le hacían el tratamiento a solteras…”. Mientras una segunda entrevistada, agregó, “Cuando fui con la primera opción, con el primer médico, yo sentí eso. Tal vez era yo, un prejuicio, pero sentí que no estaba preparado. De hecho cuando me dijo: ´Bueno, espera que te averiguo con quien tenés que ir o cómo tenés que hacer por el tema del donante´, sentí que no estaba preparado para una persona sola. Por ahí era un tema de mi cabeza, pero sentí como un prejuicio, algo así”.

  • Relato de la experiencia de la monoparentalidad

                Consultadas por sus experiencias de familia monoparental, surgieron distintas reflexiones asociadas, en su mayoría, a dos ítems: a)la sobre carga de tareas y b) la necesidad de compartir con un par el crecimiento de los hijos. Como síntesis de lo reseñado por varias de las entrevistadas, una de las mujeres nos relató: “No siento la falta de una pareja. Sí en el compartir. Yo quiero compartir con otro el crecimiento de las chicas, compartir lo que hacen las chicas, compartir las cosas, mira lo que hizo lo que no hizo, cosas que uno cotidianamente comenta. Lo comento con la señora que trabaja de día que tiene mi edad que es muy piola, pero es una empleada doméstica no es una pareja. Yo tengo la falta de una pareja. En algún momento quiero, no sé. Pero bueno evidentemente no es el momento y esta es mi idea ahora hay que ver si realmente lo deseo”. 

  1. Palabras de cierre con final abierto

                En una próxima colaboración, podremos ahondar en otras dimensiones del trabajo de campo, dimensiones que, como adelantamos, encierran interrogantes relacionados directamente con los hijos/as, a saber: a) el derecho de acceso a la información de los niños nacidos por estas TRHA, b) los modos de abordar el relato sobre la realidad de concepción a través de gametos donados, c) las reacciones de los hijos y d) los miedos de las madres, entre otros.

                Mucho por decir, mucho por procesar. Esto no ha sido más que un primer acercamiento a diversas experiencias de familias monoparentales originarias producto del uso de TRHA, un mosaico que resuelve el interrogante de nuestro título. La decisión de ser madre sin pareja se ha instalado como realidad y ha venido a interpelar, una vez más, el binarismo del que tanto cuesta salir en materia de derecho filial: no siempre hay un papá y una mamá, ni existe un deber que lo imponga, ni hay nada de natural en las funciones maternas y/o paternas.

[1] El 25 de Julio de  1978 nació en Oldham, Reino Unido, Louise Brown, el primer “bebé probeta” de la historia. Su concepción se logró mediante la fecundación in vitro y su nacimiento abrió una página totalmente nueva en los tratamientos de fertilidad.

[2] Cambios sociales que, en los últimos años, han sido acompañados de la sanción de una serie de leyes en clave de ampliación de derechos, entre otras, la ley 26.618 del año 2010, la ley 26.743 del año 2012, la ley 26.862 del 2013 y, más recientemente, la ley 26.994, es decir, la sanción del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación que incorpora como una tercera fuente filial a las TRHA.

[3] Los resultados finales de nuestra investigación serán presentados en el marco de la Jornada “Teoría y Práctica de las técnicas de reproducción asistida en el Código Civil y Comercial” a realizarse el 31 de marzo de 2016, de  18 a 21 hs., en el Salón Verde de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

[4]Ver, entre otros, Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Laboral Gualeguaychú, xxxxxx xxxxx, 14/04/2010, LLLitoral 2011 (marzo), 161; Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nro. 5 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, “D., C. G. y G., A. M. v. GCBA”, 22/03/2012, APJD; Juzg. de 1a Instancia De Distrito de Familia, San Lorenzo, “S.G.E.F.y.G.C.E.”, 02/07/2012, cita La Ley online: AR/JUR/62130/2012; Juzgado nacional en lo Civil Nro. 86, 18/06/2013, “N.N. o DGMB s/ inscripción de nacimiento’”, cita Microjuris: MJ-DOC-6401-AR | MJD6401; Juzgado de Familia de Gualeguay, 19/11/2013, “B. M. A. c/ F. C. C. R. | ordinario”. Cita Microjuris online MJ-JU-M-83567-AR | MJJ83567; Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario N.° 17 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 18/12/2014, «B. F. M. y Otros c/ GCBA s/ Amparo»; Juzg. Civ. N º 83, 25/6/2015, «N. N. O., s/ Inscripción de nacimiento», MJJ93352 y Trib. Familia Nº 3 de Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires, 30/12/2015, en http://colectivoderechofamilia.com/fa-pcial-trib-flia-no-3-lomas-de-zamora-prov-bs-as-gestacion-por-sustitucion-2015/ LOMAS DE ZAMORA. PROV. BS. AS. Gestación por sustitución. 2015.

[5] De estas 40 entrevistas surge que 35 de estas personas tiene hijos menores de 7 años, mientras que 9 de ellas tienen hijos mayores a esa edad.

[6] Se tiene en cuenta la edad en que las mujeres entrevistadas fueron madres.

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