Home / Area / DOCTRINA EN DOS PÁGINAS Diario DPI Suplemento Salud – 19.10.2015


DOCTRINA EN DOS PÁGINAS

Laudato Si: un hito en la consideración del ambiente como bien común

Por Silvia Nonna

Recientemente hemos asistido a un nuevo hito en la consideración del ambiente como bien común. El Papa Francisco nos ha regalado una pieza para recordar y tener presente, la encíclica “Laudato SI”.

La encíclica del Papa Francisco [1] sobre el Cuidado de la Casa Común

Otros pontífices ya se habían expresado respecto de esta  temática.[2] En esta oportunidad el Papa Francisco nos da un mensaje muy claro fundamentado y concreto. No se trata solo de un documento para los católicos creyentes, sino para toda la humanidad.

Nos invita a una investigación honesta que nos permita conocer con más detalle y profundidad las causas de los problemas.

Y lo hace con un lenguaje sencillo y a la vez contundente, incisivo, provocador, convocante y muy convincente.

Es destacable la profundidad y amplitud de temas que aborda: pueblos originarios, participación ciudadana, consumismo y generación de residuos, cambio climático, agua, diversidad biológica, desertificación, organismos genéticamente modificados, energía.

Y a la vez toma temas tan generales y comunes como calidad de vida, educación, conciencia, responsabilidad.

Sin dejar de tocar también otros como progreso, política, economía.

Todos absolutamente relacionados con destacable coherencia y armonía.

Pregunta en algún momento ¿Son las normas ambientales eficaces? Y se anima a decir que la eficacia de las normas requiere de salud institucional, haciendo luego hincapié en la necesaria transparencia.

La encíclica tiene sin duda un contenido social muy fuerte, se refiere sin tapujos a la estrecha relación que existe entre la fragilidad del planeta y los pobres, y hace hincapié en la notable indiferencia que se advierte cuando se niegan o esconden ciertos problemas. Le da al hombre la categoría de administrador responsable y lo compromete con la noción de bien común asociada a las futuras generaciones.

Planteando el concepto de ecología integral también advierte que existe una única y compleja crisis socio ambiental. El llamado del Papa Fancisco ha repercutido con mucha fuerza en todo el mundo y tiene una  notable aceptación. Ha generado adhesión del mundo científico y de defensores del ambiente.

Pero también han aparecido algunas voces en contra. La encíclica es una apasionada defensa del ambiente y a la vez se refiere al actual sistema económico, a la sociedad de consumo y conlleva una denuncia contra las especulaciones.

El Papa se anima a señalar a las empresas y a los gobiernos por el cambio climático, a las empresas por especular con las ganancias y no tener en cuenta el calentamiento global y a los gobiernos y organismos internacionales por su inacción.

Es un llamado que merece ser escuchado y estoy segura que así será. Y no es sólo un documento bonito y completo, sino que también nos aporta ideas para que empecemos a hacer las cosas bien y que lo hagamos en conjunto, comprometiéndonos y participando. Conjuga desafíos y esperanza.

Nos invita a cambiar el estilo de vida, nos pide que cambiemos nuestros hábitos y resalta la necesidad de encarar el correspondiente desafío a nivel educativo.

Para quienes desde hace tiempo nos preocupamos por las cuestiones ambientales, está encíclica tiene un enorme valor, pero no porque alguien como el Papa reafirma con tanta claridad algunas cuestiones que quizás ya hemos planteado, sino porque fundamentalmente señala con firmeza que tenemos que cambiar, que tenemos que dialogar, que tenemos que escuchar, que tenemos que unirnos, que tenemos que pensar en el presente para cuidar el futuro y que tenemos que actuar ya.

Juntos, por todos y sin mezquindades.

Con esta pregunta final: ¿Qué clase de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan?

[1] w2.vatican.va/content/dam/francesco/pdf/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si_sp.pdf

[2] Fines de 1224 Francisco de Assis en “Cántico de las criaturas”: “Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, que nos sostiene gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.”

Papa Pablo VI en 1972: los problemas ambientales no se resuelven con medios exclusivamente técnicos. Manifestando que “La actividad del hombre tiene un límite, en el sentido de una aplicación inteligente de los propios descubrimientos en el ámbito de leyes morales objetivas enmarcadas en una visión global que atiende a la expansión integral del hombre. … El hombre es inseparable del ambiente, debe,  pues, respetar las leyes que regulan el empuje y la capacidad de regeneración de la naturaleza

En 1978 Juan Pablo: La iglesia debe dar respuesta a los problemas acuciantes del momento, …  lleva al hombre moderno al riesgo de reducir la tierra a un desierto y la persona a un autómata …

En 1987, Juan Pablo II en su encíclica sobre la preocupación social de la iglesia: “Para alcanzar el verdadero desarrollo no hay que perder de vista la naturaleza específica del hombre, creado por Dios a su imagen y semejanza.” Ampliando en 1990 en la celebración del Día Mundial de la Paz: El ambiente no es solo el lugar donde se desarrolla el gran drama de la historia humana, sino en cierto sentido es un participante activo en dicho drama. Existe una interacción viva entre el hombre y el entorno, dentro del cual crece en conocimiento de sí mismo, de su lugar en la creación de Dios. … la crisis ecológica es fundamentalmente una crisis de naturaleza moral, requiere que todos respondan solidariamente a lo que constituye una amenaza común. Una explotación incontrolada del entorno natural no solo amenaza la supervivencia humana, también amenaza el orden natural en la que la humanidad está destinada a recibir y continuar el don de la vida, proveniente de Dios, con dignidad y libertad. Agregando que … El hombre tiene la grave responsabilidad de administrar el entorno natural. Esta responsabilidad aumenta cuando aumenta su capacidad de introducir modificaciones sustanciales en su ambiente natural.

Benedicto XVI, en 2007: el libro de la naturaleza es uno e indivisible, incluye todos los aspectos de la gran aventura de la humanidad.

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