Home / Area / DOCTRINA EN DOS PÁGINAS Diario DPI Suplemento Género Nro 11 – 21.05.2018


DOCTRINA EN DOS PÁGINAS

Gestación por sustitución: ¿mujeres patriarcadas?

Por Cynthia Dilenne*
  1. Precisiones terminológicas.

Gestación subrogada, maternidad por sustitución, gestación por sustitución o “alquiler de vientre”, son los diferentes nombres  que se escuchan. Términos con los que se intenta definir una práctica englobada dentro de las técnicas de reproducción asistida, que día a día adquiere más lugar.  La gestación por sustitución[1] califica como una técnica mediante la cual se posibilita ser padres/madres a personas  o parejas que no tienen posibilidades de gestar. Consiste en que una persona gestante, ajena a la pareja o el individuo, lleve adelante el proceso de gestación y dé a luz un bebé. Este niñx tiene relación genética con quienes aportaron los gametos, es decir, no tiene similitud genética con la persona gestante. Respecto de la forma en que quien gesta llega a la práctica, puede darse de manera altruista o percibiendo una suma de dinero[2]; este último caso es el estrictamente conocido como “alquiler de vientre”.

  1. La gestación y el estereotipo sobre las mujeres

Si bien en nuestro país en el Código Civil y Comercial encontramos las Técnicas de Reproducción Humana Asistida, sólo están permitidas las técnicas y procedimientos de fertilización que se deben usar en la persona gestante con gametos propios. Es decir,  entre las técnicas admitidas no se reglamenta la gestación por sustitución. Sin embargo, puede comprobarse que sí es un recurso utilizado en otros países e incluso tiene recepción creciente en el nuestro. El ejercicio de esta práctica da lugar a que se abran muchos interrogantes  y que, nuevamente, interpelemos el lugar de la mujer en nuestra sociedad. ¿Qué lugar se le otorga a la mujer que  “alquila su vientre” para gestar? ¿Cuál es el vínculo entre esta práctica y la reproducción de los estereotipos asociados a la mujer[3]?

La posibilidad de “contratar” el cuerpo de una mujer para un fin lucrativo es una forma de mercantilización de la mujer, dejándola en un lugar de objeto como cualquier otro que pueda alquilarse. Con esto pensemos: ¿no se estarían reproduciendo aquellos estereotipos con los que el feminismo lucha   intentando desterrar? La posibilidad de que otrxs puedan hacer uso del cuerpo de la mujer para beneficio propio está arraigada en el patriarcado. Recordemos que el patriarcado se define como un sistema social de dominación y poder que ejercen los varones, que en consecuencia ostentan privilegios en perjuicio de las mujeres.  Encontramos  que  a lo largo de la historia se ha perpetrado “la subordinación de la mujer a la reproducción de la especie”.  Como si éstas tuvieran la obligación de darle continuidad a la especie humana, presuponiendo también que están encargadas del cuidado de dicha especie. Gestando, la mujer continúa quedando asociada a la función reproductora y además supeditada al control y negocio de la sociedad. Esta clase de estereotipos impuestos salen a la luz cotidianamente con frases como “la mujer se realiza cuando es madre”.

Al respecto, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas presentó un informe[4], en marzo de este año, donde se vincula la pobreza de las mujeres con la actividad de gestar. Advierte que las mujeres gestantes suelen ser nacionales de países pobres (como la India, Nepal o Tailandia) y lxs progenitorxs de países desarrollados (como Alemania, Australia, Canadá, España o Francia). La relatora especial sobre la venta y la explotación sexual de niños, Maud de Boer-Buquicchio, sostuvo que “esta práctica supone desequilibrios de poder y aumenta la vulnerabilidad de los niños y sus madres ante las distintas formas de explotación”. En el mismo sentido se expidió el último informe de ONU Mujeres – México, en 2017, considerando a los vientres subrogados como medio de negocio en la industria médica y afecciones a la integridad personal dentro de países emergentes[5].

  1. A modo de cierre

En este orden de ideas, es entonces posible que la gestación subrogada sea funcional a este sistema configurando “mujeres patriarcadas”: mujeres objetos del patriarcado. En otras palabras, el hecho de que podamos contemplar la posibilidad de realizar un negocio con el cuerpo de la mujer sería una forma de  reproducir la asimetría y desigualdad que el patriarcado produce y sostiene entre hombres y mujeres. En este sentido, no resulta sorprendente que Organismos Internacionales de Derechos Humanos consideren la gestación subrogada como una nueva forma de explotación de la mujer, en muchos casos asociada directamente de tráfico de personas[6].

Sin perjuicio de la actualidad de los informes de los organismos internacionales y noticias, la reflexión hasta aquí hecha está muy lejos de ser algo novedosa. Simone de Beuvoir, una de las pioneras en la lucha del feminismo, en su libro “El segundo sexo” escrito en 1949, con sus argumentos mostró cómo hasta el ciclo reproductivo de la mujer se encuentra moldeado por la sociedad. Dice así: “…desde la pubertad hasta la menopausia la mujer es sede de una historia que se desarrolla en ella y que no la concierne…[7].

A partir de lo dicho y para concluir, queda pendiente la siguiente pregunta: ¿tenemos motivos para pensar que la “gestación por sustitución” constituye una forma moderna de control sobre el cuerpo de las mujeres?

[*] Psicóloga Especialista en Violencia de Género. Graduada con Honores en la Universidad de Buenos Aires. Forma parte de la Red de Psicologxs Feministas. Integrante del Equipo de Seguimiento de Casos de la Línea 144 en el Instituto Nacional de las Mujeres.

[1] Se utilizará este término por ser el adoptado en el Consejo de Derechos Humanos de ONU.

[2] Conforme el criterio adoptado en el último informe del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, “Informe de la Relatora Especial sobre la venta y la explotación sexual de niños, incluidos la prostitución infantil, la utilización de niños en la pornografía y demás material que muestre abusos sexuales de niños”, 15/01/2018, disponible en:  http://www.un.org/en/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/HRC/37/60&referer=/english/&Lang=S , párrafo 11.

[3] Destáquese que actualmente en el imaginario social la gestación se asocia a las mujeres cisgénero. Otras personas gestantes, como los hombres trans, sufren otra clase de estereotipos más fuertes asociados a su capacidad de gestar. En los hombres trans la gestación está relacionada con su directa negación (el no asumir que hay hombres embarazados) y,  por ende, directamente no forman parte de ningún discurso relacionado con la gestación (aborto, gestación por sustitución, embarazo, parto, etc.).

[4] Disponible en: http://www.un.org/en/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/HRC/37/60&referer=/english/&Lang=S , accedido 11/05/18.

[5] Disponible en: http://www.muntcp.org.mx/bg/MUN14th_ONUM-A.pdf , accedido: 11/05/2018

[6] Basta con leer algunas noticias internacionales, en las que se reflejan que países tales como en Nigeria, se hayan encontrado mujeres embarazadas encadenadas, gestando bebés para su venta; o que la India sea el principal productor de bebés, a través del “vientres de alquiler”, configurándose como “La Capital Mundial de la gestación subrogada”; puede consultarse una reciente noticia en: http://www.bbc.com/mundo/ultimas_noticias/2013/05/130510_ultnot_nigeria_fabrica_bebes_dp . Es de público conocimiento las condiciones de vulnerabilidad social en que se encuentran las mujeres de esos países. Pareciera que, lejos de ser un acto “altruista” como muchxs mencionan, la gestación subrogada da lugar al tráfico y vulneración de derechos de tanto mujeres como niñxs.

[7] El destacado es propio.

DESCARGAR ARTÍCULO