Home / Area / DOCTRINA EN DOS PÁGINAS Diario DPI Suplemento Cambio Climático Nro 19 – 08.02.2018


DOCTRINA EN DOS PÁGINAS

Reflexiones sobre la certidumbre científica del cambio climático y las convicciones políticas

Por Marcelo López Alfonsín y Sabrina Spacarotella

Pasó el 2017 y con ese año calendario la COP 23 en la ciudad de Bonn. Ya hemos hecho en este suplemento el balance sobre los avances alcanzados en esa reunión internacional. Al inicio de un 2018, que significará el inicio de nuevas negociaciones internacionales de cara a la COP 24, vale la pena detenernos entonces con algunas reflexiones sobre el debate acerca de la certidumbre del cambio climático como fenómeno ambiental. Recordemos que pocas semanas antes de Bon se publicó en el “Journal Theoretical and Applied Climatology” un trabajo que se ha dedicado a confirmar que los trabajos científicos que niegan el cambio climático están mal, dedicado en exclusividad a la investigación académica. Sus autores han explicado que las investigaciones negacionistas -ese famoso 3% de papers que niegan la realidad del cambio climático que estamos vivenciando- presentaba serios errores metodológicos, “claros sesgos (como la exclusión de unos datos frente a otros para reafirmar sus conclusiones) y la proyección de modelos de futuro basados en premisas históricas falsas”. –ver link-

Volvamos un poco atrás. En noviembre de 2016 entró en vigor el Acuerdo de Paris,  por el cual más de 120 países se comprometieron a generar soluciones y atender el problema del cambio climático. A partir de su adopción una serie de acciones empezaron a prosperar. Sin embargo el Director de Cambio Climático de la FARN, Maurtua Konstantinidis[1], señala – compartimos- que los avances en la materia no son suficientes y queda mucho camino por recorrer.

Gabriel Blanco[2] sostiene que esos gases provenientes del uso del petróleo, gas natural y carbón para la producción de la energía que usamos para cocinar, calentarnos en el invierno, iluminarnos, trasladarnos, y producir todo lo que consumimos, desde lo que comemos hasta lo que vestimos, pero además provienen de la forma en que hacemos agricultura y de la deforestación de bosques nativos que la acompañan. Se trata entonces de algo más que de emisiones de gases y de cambio climático: estamos hablando de la manera en que nos desarrollamos como sociedad.

En la misma sintonía opina  Roque Pedace[3], señalando que esta situación se repite en el transporte, el manejo de áreas naturales o la producción agrícola. Estamos en un momento donde hay que tener en cuenta las emisiones de la ganadería y de los cultivos, aun si tuviera cierto costo cambiar nuestros hábitos alimenticios. Eso no es tan difícil como suena: hacerlo a tiempo es un desafío, pero hacerlo con justicia para que todos puedan comer mejor y no peor, es uno aún mayor.

Estrada Oyuela[4],  por su parte, señala que la adopción del Acuerdo de París ha hecho resurgir el interés por las energías renovables. Esto ocurre fuertemente en China que, aunque es un gran productor de turbinas eólicas y celdas fotovoltaicas, el consumo de carbón sigue creciendo y proclama que sus emisiones podrían aumentar hasta el 2030. En  Argentina también se perfila una cierta preferencia por las energías renovables, pero se anuncian inversiones significativamente mayores para la explotación y exportación de hidrocarburos no convencionales.

Como vemos, el debate en la actualidad parece haber superado el negacionismo, y las discusiones se centran en cómo resolver el fenómeno. Por supuesto que la ciencia tiene mucho que aportar a la solución, pero todavía sigue siendo la política el ámbito donde se centran esas discusiones.

                  Hacemos votos para que el tema esté en la agenda de la política pública de nuestro país, tanto al inicio de un nuevo período parlamentario el próximo 1° de Marzo como en el marco del gabinete interministerial sobre el tema en la implementación de las contribuciones voluntarias, y en el contexto de las negociaciones internacionales en la que Argentina ha mostrado una actitud que merece ser destacada y sostenida con la convicción que requiere una verdadera política de Estado. 

[1] MAURTUA KONSTANTINIDIS, Enrique, Pulso Ambiental, La lucha contra el cambio climático. Mucho por hacer, Revista de Política y Debate, Fundación ambiente y recursos naturales, Nº 7 marzo de 2017, pag 04.

[2] BLANCO Gabriel, La” nuevas – viejas” decisiones en la Argentina en materia energética,  La lucha contra el cambio climático. Mucho por hacer, Revista de Política y Debate, Fundación ambiente y recursos naturales, Nº 7 marzo de 2017, pag 18.

[3] PEDACE, Roque, La políticas climática en un punto de inflexión, Pulso Ambiental, Revista de Política y Debate, Fundación ambiente y recursos naturales, Nº 7 marzo de 2017, pag. 17.

[4] ESTRADA OYUELA, Raúl A., El acuerdo de Paris necesita despejar su camino, Pulso Ambiental, Revista de Política y Debate, Fundación ambiente y recursos naturales, Nº 7 marzo de 2017, pag. 10.

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