Home / Area / DOCTRINA EN DOS PÁGINAS Diario DPI Suplemento Cambio Climático Nro 13 – 16.03.2017


DOCTRINA EN DOS PÁGINAS

El camino marcado por “Vaca Muerta”

Por Nadia Belén Tolosa*

1) Introducción

La propuesta de estas breves líneas es ofrecer nociones básicas sobre hidrocarburos y el desarrollo del fracking, mirando el caso del yacimiento de “Vaca Muerta”. A partir de allí, teniendo en cuenta los dichos volcados en el discurso de apertura del 135° periodo de sesiones ordinarias del Congreso Nacional[3], se invita a una pequeña reflexión sobre la política energética del país y su relación con el impacto en el cambio climático. 

2) El yacimiento de “Vaca Muerta”

Hace más de 90 años, el geólogo Charles Edwin Weaver llegaba a la Argentina por encargo de la Standard Oil de California (hoy, Chevron) explorando la búsqueda de territorios prometedores de hidrocarburos. Cuando en los años 30, en sus escritos relataba los descubrimientos en la “Formación de Vaca Muerta” lo hacía con gran asombro, debido al potencial que contenía la formación geológica que recién comenzaba a estudiarse. Desde ese entonces, el yacimiento petrolífero de “Vaca Muerta”, ubicado en la cuenca neuquina (comprendiendo a las provincias de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza) despierta el interés de empresas extranjeras.

Para su sorpresa, Weaver en vez de toparse con los hidrocarburos convencionales esperados (por ejemplo, gas natural dentro de bolsas en rocas porosas) se encontró con una de las formaciones más preciadas de la geología: una roca generadora. Las “rocas generadoras” son aquellas que contienen materia orgánica y son capaces de producir petróleo o gas, según sean sometidas a distintas temperaturas. Resultan la pieza necesaria dentro de un sistema petrolero, que consta de la generación (roca generadora) y almacenamiento (roca reservorio y roca sello) de hidrocarburos.

Llegar a la roca generadora fue relativamente sencillo, a pesar de la rudimentaria tecnología del siglo pasado, puesto que la formación se encuentra a distintas profundidades (incluso sobre la superficie); así pudieron tomar conocimiento de que estaban frente a uno de los yacimientos de hidrocarburos no convencionales más importantes de la región. Sin embargo, para la extracción de los hidrocarburos que el sistema contiene, interesan las rocas que se encuentran a 2000 o 3000 metros de profundidad, inalcanzables para aquél entonces.

3) El “camino” marcado por “Vaca Muerta”

Para llegar a las rocas con contenido de hidrocarburos y, luego, poder extraerlo, es menester: a) contar con tecnología para poder llegar hasta ellas (cavar) y b) implementar un mecanismo que permita la extracción del petróleo o gas que está contenido y sellado dentro de la formación geológica, de manera compacta.

Realizar un pozo petrolero de 2 o 3 kilómetros ya no representa una dificultad, por lo que el punto crucial radica en la extracción del petróleo o gas que se encuentra contenido y sellado dentro de la formación, de manera compacta.

Los hidrocarburos que aquí tratamos son el resultado de un proceso natural donde la materia orgánica se descompuso y generó grandes cantidades de carbono e hidrógeno que, sometidas a la presión, temperatura y el paso de millones de años, generan el gas y el petróleo que usamos para la producción energética.

Luego, como todo material natural, las sustancias continúan su curso natural y siguen mutando: así, existen los hidrocarburos que salen de la roca generadora y migran hacia la superficie, también están los que intentaron llegar a la superficie y quedaron “atrapados” (los yacimientos convencionales) y existen los que nunca han salido de la roca que los generó. Según el estado en que se encuentren, se los clasifica en “convencionales” y “no convencionales”. Los primeros son aquellos que se han trasladado desde la roca generadora hacia formaciones más permeables, que permiten la extracción con métodos sencillos (ya que sólo hay que absorber el material). Por otro lado, los hidrocarburos “no convencionales” son aquellos que se encuentran contenidos en la propia roca que los ha generado de manera muy compacta; reciben el nombre de “esquistos” (o “shale” en inglés) y son los que contiene el sistema de “Vaca Muerta”[4].

La extracción de hidrocarburos “no convencionales” se realiza por el método de fracking (también conocido como “fractura hidráulica”), que es una técnica de estimulación hidráulica. La misma consiste en introducir un conducto en el pozo petrolero e inyectar en él una mezcla de agua, arena y químicos a alta presión, y así producir microfisuras que permitan que el material hidrocarburífero salga de las rocas. Es decir, se inyecta una sustancia líquida a alta presión para romper delicadamente las rocas y que el material buscado se libere “naturalmente”. Ahora bien, este proceso actualmente cuenta con ciertos efectos secundarios nocivos para el ambiente, que realizan un aporte negativo al fenómeno del cambio climático.

En primer lugar, generan emisiones de gas metano que pueden tener un impacto inmenso en el balance de gases de efecto invernadero[5]. El metano es un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento 86 veces superior al CO2 en el corto plazo, por lo que en 20 años el impacto de la extracción de shale gas sobre el cambio climático puede superar en 20% el del carbón. Este dato se vuelve relevante cuando las fugas de este gas pueden llegar a representar el 8% de la producción total de un pozo[6], es decir, 30% más que en los proyectos de gas convencionales.

El Tyndall Centre para la investigación del cambio climático[7], ha informado que la extracción de gas de pizarra (shale gas) comporta un riesgo significativo de contaminación de agua subterránea y de superficie por el retorno del fluido del fracking, el cual no es simplemente agua de desecho con arena y químicos utilizados (que ya resulta altamente contaminante y nocivo), sino que además arrastra metales pesados que se encuentran en el subsuelo.

Además, de las emisiones de gas metano y la contaminación del agua, el método de fracking requiere grandes extensiones de territorio, ya que consta de introducir un conducto de manera vertical de (por ejemplo) 3 kilómetros de extensión, y que luego tiene una prolongación horizontal de otros (por ejemplo) 4 kilómetros que recorren toda la formación rocosa en cuyos poros se encuentra el hidrocarburo. Por lo tanto, al impacto ambiental aludido se agrega la afectación del paisaje, sismos que puede generar[8] y los efectos sobre la salud humana a partir de los más de 250 químicos que se utilizan, que se han calificados como altamente contaminantes y cancerígenos.

Por último, entre otros efectos, queda por reparar sobre el consumo de agua: la técnica requiere de 9.000 a 29.000 toneladas de agua por  cada pozo, y las plataformas suelen tener 6 pozos, es decir, requieren unos 54.000 a 174.000 millones de litros de agua en una sola fractura. Dicha cantidad de agua, debe ser extraída directamente de las napas, con lo cual se ven afectadas todas las personas que requieran de esa agua para vivir. Con una sola plataforma de fracking, se ponen en juego el acceso al agua, el derecho a gozar de un ambiente sano, el derecho a la salud y la posibilidad de una vida digna. 

4) Cierre

Retomando el punto disparador de estas líneas, que radica en el discurso volcado en la apertura de las sesiones del Congreso, en lo que tiene que ver con esta materia, resultan llamativas dos frases dentro del mismo tema: “(…) Tenemos también la obligación de reducir nuestro impacto en el cambio climático, caso que muchos argentinos sufren en primera persona (…)[9] y “(…) el acuerdo de ‘Vaca Muerta’ ha marcado el camino (…) fijando las condiciones para recuperar el liderazgo y el empuje en la producción de energía(…)”[10].

Por las consecuencias que tiene la utilización de la técnica hidráulica en la extracción de hidrocarburos, el Acuerdo de “Vaca Muerta” dista de “ser el camino”. Resulta puntualmente grave que la política energética de un país esté marcada por la utilización de una técnica que ofrece resistencia en países desarrollados[11], por las consecuencias negativas en el ambiente, la salud y la vida digna. Quizás es un camino, pero no el esperado o querido para reducir el impacto en el cambio climático, al menos hoy, por el estado técnico del fracking. Nada quita que para un futuro la técnica pueda mejorarse y evitar las actuales consecuencias negativas, pero actualmente el panorama no es favorable ya que no existe un método de tratamiento del agua de retorno ni tampoco se pueden anticipar y prever con certeza las consecuencias que le traerá a las generaciones futuras semejante intervención en el suelo[12].

Donde hoy se encuentra el yacimiento de “Vaca Muerta”, hace 150 millones de años (periodo jurásico) se encontraba el lecho marino. La aludida “materia orgánica” que se encuentra en las rocas, no es más que el conjunto de distintos organismos marinos, mezclados con arcilla, sometidos a temperaturas y presiones exorbitantes durante millones de años.        No existe un secreto mágico: todo se resume en el factor temporal y la temperatura.

Estamos siendo protagonistas de que nuestra acción, a lo largo del tiempo, está alterando la temperatura del planeta en el que vivimos. Hace unos años se proyectaban las “futuras consecuencias negativas” del desarrollo de un sistema de consumo sin control y se aventuraba el “futuro derretimiento de los polos”.

Todos los hechos que hace 40 años se miraban hacia un futuro lejano, hoy se volvieron realidad. Por lo tanto, si la política energética de un país estará signada por el uso de extracción de petróleo no convencional con una de las técnicas más criticadas, preparémonos para que las civilizaciones de dentro de 150 millones de años extraigan petróleo no convencional del lecho marino, a partir de rocas cuyo material orgánico vamos a ser nada más ni nada menos que quienes vimos lo que sucedía y no hicimos algo para evitarlo.

[*] Estudiante avanzada de Abogacía (UBA). Estudiante inicial de Ingeniería Ambiental (UNTref). Integrante del DeCyT “América Latina en el contexto del cambio global. Crecimiento verde y desarrollo inclusivo. El caso argentino: sus potencialidades en los distintos sectores económicos”, a cargo del Dr. Marcelo A. López Alfonsín.

[*] Con la tutoría y aprobación del Dr. Marcelo A. López Alfonsín.

[3] Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=dc1N6tMO_ic&t=919s , accedido: 11/03/2017.

[4] Puede verse un claro esquema en: https://www.ypf.com/energiaypf/paginas/que-es-shale.html , accedido: 11/03/2017.

[5] Informe solicitado por el Parlamento Europeo, “Impacto del Petróleo y Gas de Pizarra sobre el Medio Ambiente y la Salud Humana”. Disponible en:

https://fracturahidraulicano.files.wordpress.com/2011/07/resumen-ejecutivo-informe-europeo.pdf, accedido: 14/03/2017.

[6]  En promedio, cada plataforma contiene 6 pozos.

[7]  Institución del Reino Unido, integrada por las Universidades de Oxford, Cambridge, Newcastle, Manchester, Sussex,

East Anglia y Southampton, http://www.tyndall.ac.uk/ , accedido: 14/03/2017.

[8]  En Arkansas, Ohio, Oklahoma, Colorado y Texas, regiones sin actividad sísmica histórica, se han multiplicado en años recientes el número de sismos superiores a los 3 grados. Los epicentros de estos sismos coinciden con la localización de los pozos de inyección. En Youngstown, Ohio, estos sismos antropogénicos (provocados por el ser humano) lograron alcanzar hasta 5.7 grados.

[9] Discurso de apertura del 135° periodo de sesiones del Congreso Nacional, minuto 00:46:41, disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=dc1N6tMO_ic&t=919s , accedido 11/03/2017.

[10] Discurso de apertura del 135° periodo de sesiones del Congreso Nacional, minuto 00:40:55, disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=dc1N6tMO_ic&t=919s , accedido 11/03/2017.

[11] Quienes se oponen a partir de las consecuencias que a la vista deja la experiencia de Estados Unidos,  país  que cuenta con más de 1000 perforaciones por fracking y que a la vez es el segundo productor de gases de efecto invernadero, aportando el 14.4% de las emisiones totales. Puede verse la infografía desarrollada por World Resources Institute, el 23 de junio de 2015, en:

http://www.wri.org/blog/2015/06/infographic-what-do-your-countrys-emissions-look , accedido 11/03/2017.

[12] Ejemplo: un pozo perforado 2 km de manera vertical y 1,2 km de manera horizontal (es un pozo mínimo) remueve cerca de 140 metros cúbicos de tierra, casi diez veces más que un pozo convencional. Confederación Sindical de Comisiones Obreras, “Impacto ambiental del sistema de fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional”, Pág. 13. Disponible en:

http://www2.ccoo.es/comunes/recursos/1/doc194881_IMPACTO_AMBIENTAL_DEL_SISTEMA_DE_FRACTURACION_HIDRAULICA.pdf , accedido: 14/03/2017.

DESCARGAR ARTÍCULO