Home / Area / DOCTRINA EN DOS PÁGINAS Diario DPI Suplemento Cambio Climático Nro 11 – 12.12.2016


DOCTRINA EN DOS PÁGINAS

COP 22: Más intenciones que acciones

Por Marcelo Alberto López Alfonsín y Valeria Fanti

Se llegó a Marruecos con el Acuerdo de París de diciembre de 2015 en condiciones y con los plazos establecidos para que esta fuera “la” Conferencia de las acciones, el punto de partida para su implementación. Finalizó la reunión con más declaraciones que acciones acordadas.

La “Proclama de Acción de Marrakech” expresa un cambio hacia una nueva era de aplicación y acción sobre el clima y el desarrollo sostenible, destacando la rápida entrada en vigor del Acuerdo de París –días antes del inicio de la propia Conferencia-, acentuando en la importancia de las responsabilidades comunes pero diferenciadas que éste establece. Sostienen los gobiernos que emitieron esta declaración que hay un impulso extraordinario e irreversible sobre el cambio climático que está siendo promovido por todos los sectores y en todos los niveles: Estados, la sociedad civil, la ciencia y los negocios. Llamaron a realizar el “más alto compromiso político para combatir el cambio climático, como una prioridad urgente”. Apoyar a los países más vulnerables frente a las consecuencias del cambio climático y colaborar  para mejorar su capacidad de adaptación.

En relación a la financiación, en la Proclama, los países desarrollados reafirmaron la movilización de los 100 mil millones de dólares e instaron – tanto a países desarrollados como en desarrollo –  a incrementar el volumen y acceso a la financiación para proyectos de lucha contra el cambio climático y la mejora en capacidad y tecnología. Se sigue ratificando la importancia del “Fondo Verde para el Clima”, pero los avances en los compromisos financieros expresados son muy escasos.

Se convocó también a los actores no estatales para que se unan a “una acción y movilización  ambiciosa e inmediata, teniendo presente las numerosas iniciativas y la Alianza de Marrakech para la Acción Global contra el clima”, reivindicando de esta manera la necesidad del compromiso de la sociedad civil, de los empresarios y aquellas alianzas – como el “Compact of Mayors”, del que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires forma parte – en un frente compacto que permita “construir rápidamente sobre ese impulso, avanzando con el propósito de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fomentar los esfuerzos de adaptación, fortalecer la resiliencia y reducir la vulnerabilidad.”

La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de América y sus declaraciones cuestionando la veracidad del cambio climático pusieron una sombra sobre el desarrollo de esta Conferencia, y ha puesto en pausa muchas de las acciones que se esperaba se pusieran en marcha a través de los países con mayor peso en la negociaciones – y en su mayoría los más grandes emisores de los GEI – lo que llevó a que los Estados que se ven más vulnerables ante los sucesos que se pronostican, asumieran el compromiso de eliminar al 100% sus emisiones antes del 2050 y buscar una matriz energética basada 100% en energías renovables.

También se solicitó  más acción y apoyo climático antes de 2020, teniendo en cuenta las necesidades de los países en desarrollo y los más vulnerables a los efectos de los avatares climáticos. En concordancia con esto, vale la pena destacar que la Argentina fue el primer país en revisar las contribuciones nacionales. Sin esperar al 2018 – año que el propio Acuerdo de París establece para la primera revisión – en la nueva propuesta informada por el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman, se indicó que se pasará del 15% al 18% respecto a la reducción de gases de efecto invernadero con fondos propios y con la ayuda de fondos extranjeros  alcanzar un 37% respecto de 30% propuesto en la primer NDC previa a la COP 21 de París. Ya el año pasado expresamos nuestra preocupación respecto a la poca exigencia de las metas propuestas por nuestro país, si bien es dable destacar la iniciativa expresada por el responsable de la cartera ambiental y el compromiso de ir revisando el proceso,  lejos estamos aún de una reducción más ambiciosa y, según concuerdan las organizaciones no gubernamentales más comprometidas con el seguimiento de la cuestión, necesaria.

En su parte final, la Proclama de Acción de Marrakech sostiene que esta Conferencia que finalizó  “marca un importante punto de inflexión en nuestro compromiso de reunir a toda la comunidad internacional para abordar uno de los mayores retos de nuestro tiempo. A medida que avanzamos hacia la implementación y la acción, reiteramos nuestra determinación de inspirar solidaridad, esperanza y oportunidad para las generaciones actuales y futuras”.

La rápida ratificación del Acuerdo de París pareció ser un momento en que el mundo y sus líderes entendían de los riesgos que la no acción acarrearía. Sin embargo, existe la sensación, dos semanas después de firmada la Proclama, que en Marruecos, prevalecieron las intenciones y escasearon las acciones.

Hacemos votos para el camino ya iniciado hacia la próxima COP 23 -ha llevarse a cabo en Bonn, Alemania-, con la presidencia de Fiji, nos permita recomponer el optimismo.

 

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