Home / Area / DOCTRINA EN DOS PÁGINAS Diario Civil y Obligaciones Nro. 151 – 04.06.2018


DOCTRINA EN DOS PÁGINAS

¿El adulto mayor es un consumidor hipervulnerable de los servicios de salud?

Por Ricardo A. Parra* y Martín A. Testa**

El paciente es un claro consumidor de los servicios de salud y como tal, merece encontrarse alcanzado por las normas protectorias consumeriles. Ahora bien, al adulto mayor en calidad de paciente, se le suma además el grado de vulnerabilidad de la edad, formando un binomio interesante de estudio -edad /enfermedad-.

En otras palabras, sostenemos que estamos en presencia de un consumidor hipervulnerable dado que a las complejidades presentes en  las relaciones de consumo y en las relaciones médico-paciente se le adicionan las complejidades de la vejez, con sus prejuicios, estereotipos, prácticas abusivas e inequidades.

No es nuestra intención colocar al adulto mayor en un papel secundario, ni incapacitante respecto del resto de las personas, de la vida y el mundo que lo rodea, pero la realidad nos demuestra que lejos de ser venerados y respetados los ancianos, como los enaltece la cultura oriental, suelen ser tomados por una gran porción de la sociedad como personas descartables, incapaces de aggiornarse al devenir y adelanto tecnológico y a los desafíos que la cotidianeidad nos propone.

Esto nos lleva a plantearnos una serie de  interrogantes ¿Qué nos sucede como sociedad que luego de absorber las experiencias de nuestros mayores, de aprender sus habilidades, de encontrar los secretos de la vida en base a sus experiencias, los dejamos de lado como una prenda pasada de moda? ¿Qué tiempos manejan los adultos mayores, que concepciones morales, que postura tienen frente a  su propia vida y a las ajenas? ¿En qué fórmula determinista, absoluta e incomprensible se basan los profesionales de la salud para no atender las necesidades de nuestros ancianos a su ritmo y con sus códigos?

Nuestros adultos mayores, por necesidad biológica, por deprivación material o cultural o simplemente por cansancio de una extensa vida recorrida, se encuentran en constante situación de híper vulnerabilidad. Es decir que, la vulnerabilidad común, propia de la avanzada edad, la enfermedad y la no comprensión de las nuevas tecnologías que nos acerca el mundo de hoy, se transforma en hiper vulnerabilidad, en una más aguda cuando se trata de un adulto mayor.

No es novedad alguna que los consumidores se enfrentan a diario a las asimetrías propias de la relación de consumo a las cuales se le suman las desigualdades de la relación médico-paciente, e incluso las desigualdades propias de la sociedad respecto de los adultos mayores, ya que el paradigma de igualdad real y no discriminación consagrado en la Constitución Nacional, en el Código Civil y en diversos instrumentos internacionales a veces se ve afectado por las múltiples tensiones, límites, abusos y desequilibrios de la práctica de consumo y médica.

En similitud es necesario reflexionar sobre los alcances de la dignidad del adulto mayor en su condición de paciente y/o consumidor hipervulnerable de los servicios de salud, desde una perspectiva bioética, con una mirada transdisciplinaria y en clave de derechos humanos, tratando de visibilizar las complejidades de este fenómeno social y global de suma actualidad. Estas breves líneas intentan ser un aporte motivador para aproximarnos y entender una problemática de la sociedad que nos afecta a todos, con el objetivo claro y evidente de generar mayor sensibilidad, conciencia, conocimiento y compromiso tendiente a la defensa y protección de los consumidores hipervulnerables, con especial referencia a los adultos mayores usuarios de los sistemas de salud.

Tenemos que realizar una fuerte autocrítica y generar acciones positivas de cara al país plural e igualitario que todos nos merecemos, con menos discriminaciones y más respeto por la condición humana.

Allí es donde ponemos nuestro acento e involucramos al servicio de salud como un servicio de consumo, y al paciente como un consumidor. En este caso al adulto mayor, cuya vulnerabilidad se profundiza en razón de la edad. Quebrar esas barreras que continúan existiendo en estas relaciones y comenzar a venerar a nuestros adultos mayores hipervulnerables son metas que en el corto plazo debemos conseguir.

No es una utopía pensar que las situaciones concretas y cotidianas pueden modificarse. Por el contrario somos venturosos en que pueden llegar a cambiar.

[*]THeI (C.R.A.). Abogado (U.B.A.). Doctor en Derecho Privado por la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (U.C.E.S.). Docente de Grado de la Universidad de Buenos Aires (Facultad de Derecho; CBC) y de la UNLaM. Docente de Doctorado y Maestría (U.C.E.S.). Tutor de Tesis Doctorales. Docente de Posgrado de la Sociedad Latinoamericana de Auditoría de Servicios de Salud. Miembro permanente del equipo de Investigación del Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales Ambrosio L. Gioja de la Facultad de Derecho UBA.

[**] Universidad de Buenos Aires. Facultad de Derecho. Abogado; docente; Investigador  Adscripto del Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales “Ambrosio L. Gioja”; personal de planta permanente; alumno regular de los cursos válidos para el doctorado; investigador en formación; miembro de equipo de proyectos de investigación científica (UBACyT; DECyT; Interés Institucional, Seminarios Permanentes de Investigación); Miembro del Instituto de Derecho de Daños del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal (CPACF).

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