Home / Area / DOCTRINA EN DOS PÁGINAS Diario Ambiental Nro 204 – 28.06.2018


DOCTRINA EN DOS PÁGINAS

Obsolescencia programada en el ambiente

Por Verónica Alonso

En una segunda etapa de la revolución industrial se tenía una ideología del desarrollo ilimitado, se creía que la Tierra era infinita. Pero fueron pasando los años, y con ello la gran crisis económica de 1929/30, la pobreza, la necesidad laboral y la desesperación llevaron a que los grandes empresarios pusieran en marcha el proyecto de “obsolescencia programa”[1]. Ésta consistía en la disminución de la vida útil de los productos manufacturados, de esta manera se creía que habría mayor producción y mayor trabajo.

Esta situación se fue haciendo más notable en fabricaciones como las de medias de nylon y en focos, cuyas duraciones en principio eran de 25 años mínimo, pasando a durar menos de un cuarto de ese tiempo. Pero no todas las fabricas querían seguir con este modus operandi, porque entendían que producir con buena calidad no era signo de perder trabajo, sino de mantenerlo ya que se ahorraban recursos. Claro ejemplo fue una fábrica de bombillas en Berlín, las cuales tenían duración de 25 años, pero tras la caída del muro, aquellas se convirtieron solo en una pieza de museo. Frente a la negativa de algunos, los poderosos establecieron por ley fuertes penas a quienes no colaborasen con la obsolescencia programada, obligándolos a desistir de su buena iniciativa. En medio de la historia hubo muchos intentos de revertir esta situación, pero nada funcionó.

Esa economía del despilfarro se encontró con graves problemas ambientales, como los que se producen en el país de Ghana donde envían grandes conteiner de chatarras bajo excusa de que son tecnologías reciclables, se aprovechan de su situación tercermundista y exceden los límites de las leyes respectivas a su control. Todo ello provoca no solo que Ghana se convierta en el vertedero de los países desarrollados, sino que también induce a grandes enfermedades que padecen los niños desde pequeños.  Sin embargo, y bajo su pesar, la población a sabido sacar rédito de la situación, reutilizando computadores y demás aparatos para su uso o para reventa. Así, y ante los problemas cada vez más evidentes, se analizó que negocio y sustentabilidad debían ir de la mano, de hecho, es la mejor base para un negocio.

En la actualidad, otro paliativo para eliminar la obsolescencia programada, han sido las demandas colectivas, verbigracia caso contra Apple por baterías iPod, que más allá de conseguir esta gran victoria, la sentencia no produjo mayores modificaciones en la multinacional, ni para sus clientes, menos aún para el ambiente donde se siguen desechando iPod como si fueran a degradarse al día siguiente. Gente de Ghana intenta lo mismo, pero se están preparando para ir contra cientos de empresas, para ello recolectan la información que traen los desechos ahí depositados para lograr pruebas fuertes y arremeter con argumentos sólidos. Este proceso es mucho más lento, sumado a que no cuentan con el apoyo económico o moral ni de las propias autoridades, pero están decididos a dar a conocer los daños al ambiente en general, que los poderosos originan.

Finalmente, se observó que la naturaleza no produce residuos, sino nutrientes. Con esta filosofía podemos deducir que deberíamos ser como ella, imitarla, no reducir o recortar sino reutilizar todo. Pero si observamos la realidad, aún hay países y empresas que no toman conciencia del descrecimiento que está sufriendo el ambiente, pero nos queda el consuelo de saber que un sector comprende que de nada sirve el trabajo si no hay un Medio donde vivir…

Cuando el Papa Francisco nos habla en la Encíclica Laudato Sí sobre que “el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos”[2], hace referencia a una invitación urgente de aprehensión a la problemática, de no resignarse ni ser indiferentes ante lo que nos compete a todos. Es decir, se hace un llamado a la solidaridad para recrear una nueva forma te protección ecológica. Todo ello en razón de los esfuerzos muchas veces frustrados, como los que se pueden apreciar en párrafos anteriores, donde se intenta crear políticas económicas del no derroche, pero siempre es más fuerte el poder del Estado y las empresas.

Por otro lado, se observa en el documental mencionado que a medida que la economía aumenta, menos feliz es la gente. El Papa trae a colación que no se puede estar en armonía con el ambiente si ni siquiera lo estamos con nosotros mismos. Resumidamente, eso hace referencia que el producir más o ganar más, no nos haces felices, y acto seguido se contamina el medio ecológico.

Gandhi decía “el mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos, pero siempre será demasiado pequeño para la avaricia de algunos”.[3]

[1] Dannoritzer Cosima. “Comprar, Tirar, Comprar”( https://www.youtube.com/watch?v=ml44L30D-oI)

[2] Bergoglio Francisco. “Carta encíclica Laudato sí”. Roma. 2015. Pag 5

[3] Gandhi. 1918 AUTOR: Alonso Verónica (1993). Estudiante de Derecho. Ambientalista

 

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