Home / Area / DOCTRINA EN DOS PAGINAS 2 Diario DPI Suplemento Derecho Civil, Bioética y Derechos Humanos Nro 32 – 19.09.2017


DOCTRINA EN DOS PÁGINAS

Estatuto del embrión: La representación simbólica que tienen los pacientes y el destino de los mismos

Por Mariela Fernanda Rossi*

Las nuevas técnicas de Reproducción Humana Asistida (TRHA) nos instan a pensar en un cambio de paradigma en relación a los lazos de parentesco. Aquello que antes requería la unión sexual entre un hombre y una mujer, hoy ya no es necesario para acceder a la parentalidad. Los cambios a nivel normativo, la ampliación de derechos para los ciudadanos/as argentinos en materia filiatoria, sumados a las posibilidades médicas y asistidas para generar descendencia, visibilizan cambios sociales y dinámicas familiares emergentes que se hace preciso conceptualizar[1]. Este cambio de paradigma viene sostenido de la mano de transformaciones en materia legal que han permitido el acceso a configuraciones familiares diversas por fuera del modelo familiar heterosexual. No obstante, permanecen aún pendientes de resolución algunos temas controversiales, como por ejemplo la problemática de los embriones y sus posibles destinos. Es necesaria la regulación de estas temáticas, pendientes hoy de aprobación de una ley especial como así también perentoria la inclusión de los profesionales psicólogos/as participando activamente en el acompañamiento a los usuarios de las TRHA con especial énfasis en la firma de los consentimientos informados alojando allí dudas, fantasías, representaciones que puedan tener los sujetos .

Para dar comienzo a lo que sería mi postura y una propuesta posible a la discusión es necesario resaltar dos puntos: un hecho concreto es la existencia de miles de embriones criopreservados en los centros de fertilidad, muchos de los cuales podríamos hoy calificar como “abandonados” o cuyo destino es aún incierto, situación que requiere pensar e implementar estrategias a resolver esta problemática de ahora en más.

Al pensar ambos puntos quiero comenzar introduciendo las tres funciones del psicólogo que son princeps en el acompañamiento a pacientes.

  • Información- counseling (orientación): Conocer la diferencia que la embriología distingue entre un pre-embrión o embrión no implantado, de aquel que ya ha sido transferido, supone contar con herramientas concretas para asesorar e informar a nuestros pacientes acerca de esta diferencia que entiendo modifica la percepción del mismo.
  • Acompañar: Tanto las guías de buenas prácticas internacionales como la bibliografía específica sugieren el acompañamiento psicológico a los pacientes como condición esencial cuando deben afrontar la decisión de decidir el destino de sus embriones, especialmente cuando hay un excedente de los mismos. Tal acompañamiento implica el dialogo constante con el equipo médico y los pacientes pero fundamentalmente en momentos decisivos del tratamiento, por ejemplo antes de comenzar un tratamiento de alta complejidad donde probablemente los pacientes  deberán decidir congelar embriones remanentes si los hubiera.
  • Alojar: La labor del profesional de la psicología en este ámbito supone poder alojar la angustia, las fantasías, las expectativas, los miedos, las frustraciones y sobre todo la singularidad de cada uno de los pacientes.  Se trata de un trabajo constante que parte de rescatar los efectos que la técnica como algo universal genera en lo singular del caso por caso.

Partimos de la base que los pacientes al momento de comenzar un tratamiento de baja o alta complejidad expresan su voluntad procreacional la cual se ve plasmada en la firma del Consentimiento Informado. Aquella voluntad procreacional puede traducirse en la intención/ decisión  de traer un hijo al mundo como parte de su proyecto parental .Esta elección/decisión está íntimamente relacionada con la representación que tiene cada individuo en relación  a los hijos que desea y a los embriones que logren generarse. Sabemos que los seres humanos tenemos la capacidad de representar mentalmente un objeto, idea, sonido aun estando el mismo ausente. Cada uno de nosotros cuenta con la posibilidad de generar múltiples representaciones, entre las que se cuenta la representación del embrión. Estas representaciones se encuentran sujetas o atravesadas por cuestiones sociales, culturales, ideológicas, étnicas, morales y por las situaciones particulares  que cada sujeto ha experimentado a lo largo de su vida. Por tal motivo, las representaciones de los pacientes acerca de sus embriones son absolutamente singulares.  Representaciones que irán cambiando de sentido inclusive en una misma persona a lo largo del tiempo debido al efecto de lo vivido y/o del azar.

Es decir al comienzo de un tratamiento, debido al elevado costo económico, emocional y físico los pacientes pueden elegir criopreservar embriones para así optimizar las chances de éxito  del tratamiento y poder tener un hijo. Aquellos embriones criopreservados son entonces una especie de “back up” que re-aseguran el resultado. Ahora bien: ¿Qué pasa si el primer tratamiento funciona y esa persona o pareja no quiere tener más hijos? ¿Cambiaría la representación que tienen de sus embriones criopreservados? ¿Uds. creen que es la misma representación la que tiene un paciente que ya tiene hijos y cree que aquellos criopreservados son los potenciales hermanos de su hijo, de aquel paciente que abandona un tratamiento y quizás ese embrión le representa el hijo que no pudo ser?

Una vez llegó una pareja luego de presentarse y ante la pregunta de qué los traía por aquí, mencionan a Frozen. En ese momento me costó pensar que el niño se llamaría Frozen por lo que les pregunté si hablaban de su mascota…no, Frozen era su embrión de día 3 criopreservado. Para otra paciente su embrión de día 3 el cual no pudo ser transferido al encontrarse la paciente en un estado de severa depresión, es el recuerdo, transcurridos ya cuatro años, y a la vez temor de volver a pasar lo mismo.

Lo que quiero decir es que debemos poder contemplar la singularidad del caso por caso dentro de la totalidad. Considero fundamental el aporte de una ley que ordene el campo de lo médico y el campo de lo ético y subjetivo pero que este “para todos” no opaque el para uno. Por eso abro la siguiente pregunta: ¿Qué pasara si fuéramos los psicólogos quienes acompañamos a los pacientes en la comprensión, discusión y firma de los consentimientos informados? Resulta muy importante en este punto que los pacientes y usuarios de TRHA puedan comprender y de alguna forma ayudarlos/acompañarlos en desentramar las distintas representaciones que cada uno de ellos tiene acerca del embrión pensando que la misma puede ir variando a lo largo del tiempo. Indagar la representación simbólica que los pacientes tienen de sus embriones en las etapas tempranas del tratamiento puede ser una herramienta útil a la hora de decidir acerca del destino de los embriones sobrantes.

La criopreservación es un tema complejo que abre diversos debates que en este momento son vitales para generar una práctica profesional responsable. Celebro este cambio de paradigma el cual insta a que profesionales de diferentes disciplinas podamos debatir este y muchos temas más.

 

[*] Psicóloga orientada en Reproducción Humana Asistida. Directora Capítulo Psicología SAMeR.

[1] Lima, NS. (2017) Filiación y Técnicas de Reproducción Humana Asistida: dilemas éticos en embriones crio-preservados. Actas del IX Congreso de Investigaciones, Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires.

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