La Cámara Civil condenó a un psicólogo a indemnizar con 50.000 pesos a una paciente a quien indujo a pelearse con otros miembros de su familia, violó el deber de confidencialidad de un terapeuta e incluso llegó a compartir cuentas bancarias con uno de los integrantes del grupo.
Hechos: La señora luego de contraer matrimonio y tener hijos inició una terapia con el psicólogo, quien la convirtió en una terapia individual con cada uno de los integrantes de su familia, provocando discusiones e intromisiones en la relación familiar.
Por ejemplo: ejercía presiones para que retiraran a los hijos del colegio católico al que concurrían, opinaba y daba órdenes sobre temas íntimos de la familia, uno de los hijos se mudó solo al edificio donde tenía el consultorio el psicólogo, y el marido le pagó cuotas de un departamento al psicólogo, con quien tenía cuentas conjuntas en el exterior.
¿Cuáles fueron los argumentos del fallo?
A.- La relación médico-paciente se sustenta en un acuerdo de voluntades.
B.- Los psicólogos no tienen obligación de garantizar un resultado.
C.- Los tratamientos psicológicos no están sometidos a pautas unívocas.
D.- Es difícil separar y delimitar los rasgos de carácter previo de los síntomas que constituyen el estado actual del enfermo.
E.- Recae sobre los psicólogos la obligación de confidencialidad.
F.- De los dichos de los testigos se demuestran el incumplimiento de la confidencialidad y la ética profesional.
G.- El estado de salud mental de la señera no guarda relación con el tratamiento al que se sometió con el psicólogo.
Decisión: Indemnizar a la señora por $50.000.