Los jueces anularon la condena por robo a Roman Ostriakov, quien había sustraído queso y salchichas avaluadas en unos US$4,50 de un supermercado en Génova. Ostriakov, un mendigo originario de Ucrania, hurtó la comida “enfrentado a necesidad inmediata y esencial de nutrición”, decidió el tribunal. Por lo tanto, no fue un crimen, aseguró.
Uno de los clientes del local le informó al guardia de seguridad que Ostriakov estaba intentando salir con dos trozos de queso y un paquete de salchichas en el bolsillo, pero sólo pagó por pan. En 2015, el ucraniano había sido condenado a seis meses de cárcel y una multa de 100 euros por robo.
Sin embargo, para los jueces, el “derecho a la supervivencia prevalece sobre el de propiedad”, publicó en su editorial el diario La Stampa. Su caso fue apelado con el argumento de que debió ser juzgado por intento de robo y, por lo tanto, su condena reducida, dado que Ostriakov no salió de las instalaciones de la tienda cuando fue capturado.
La Corte Suprema de Casación de Italia, que examina únicamente la aplicación de la ley y no los hechos del caso, el lunes informó su decisión final y definitiva: revocó la condena en su totalidad. Robar pequeñas cantidades de alimentos para satisfacer una necesidad vital no constituye un delito, declaró el tribuna